Porque oscura es la noche y de temores se puebla... me encuentro frente al complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero cuya visión se distorsiona...
De las piscinas del complejo ascienden jirones de niebla mientras ese ser se abre camino entre empujones y sacudidas del agua negra... alargándose hacia mí, mientras lo miro horrorizada... sus huesos chirrían en apagada agonía por el esfuerzo a medida que avanzan hacia la tierra... el tiempo parece que se ha echado a dormir, porque en cuestión de segundos mis miembros no se mueven y... ya está... demasiado tarde. Ya me ha alcanzado... empiezo a ahogarme en la oscuridad, en una lenta y angustiada soledad que se va desdibujando poco a poco de la realidad...
Al despertar, me descubro pensando que era yo tratando de alcanzarme... de llegar a la otra realidad... en un tiempo acabado... que sigue en continuo movimiento hacia adelante y que cada vez que parece alcanzar mi presente, una fina membrana se acristala entre ambos tiempos, a modo de metáfora por mi efímera condición humana.