jueves, 18 de diciembre de 2014

El establo.

Fuente de la foto: http://www.entretantomagazine.com/2013/12/22/felices-natividades/

Asomado en la puerta contemplaba caer los copos que se habían empezado a cuajar. En aquellos momentos, la situación le llevó a pensar en lo piadoso que había sido el herrero,  quien se había compadecido de esa compañía: una mujer a punto de dar a luz y él, un viejo carpintero que no podía ofrecer más que unas manos desgastadas y arrugadas, lo que durante tanto tiempo habían sido el sustento familiar…

Las contracciones eran cada vez más fuertes y constantes. Su mujer era joven y fuerte, pero era tan evidente la inexperiencia… El momento que durante meses había temido se acercaba y eso le hizo perderse de nuevo en sus pensamientos. Pronto  le asaltaron las dudas y el miedo se apoderó de él...

Atrás habían dejado el mundo que conocían. No sabían que les depararía el futuro. ¿Encontraría trabajo?...  Si se hubieran decidido antes a partir, el parto no les habría cogido en mitad del camino. Se habían aventurado a abandonar su casa, sus clientes… la gente sabía quién era y conocían el trabajo que hacía y como lo hacía… ¡Pero si nunca le había faltado trabajo!

Llevaban durmiendo durante semanas a la intemperie y siempre al abrigo de la noche,  por culpa del éxodo que se había producido, a comer lo que buenamente podían pagar, a caminar largas y duras jornadas, que casi había olvidado qué se sentía bajo el techo que un día le cobijó junto a una buena lumbre encendida…

¿Qué podría ofrecerles? ¿Dónde podrían vivir? ¿Estarían seguros allí? Su intranquilidad ante el eminente parto le hizo olvidarse de preguntar al herrero dónde estaban. Se sentía tan desamparado que casi era desesperante pensar en tantas interrogantes. ¿Cómo saldrían adelante? ... y lo peor de todo, es que se sentía tan viejo y cansado…  Desde que se dio cuenta del avanzado estado de su mujer, no había pensado en lo difícil de esa situación…  la angustia le consumía por momentos y cerró los ojos por un instante, en un vano intento por aliviar esa pesadumbre que le envolvía en esa noche fría… y de pronto, el llanto de un bebé le hizo volver a la realidad. Las dudas desaparecieron, el miedo se disipó… ¿Era su hijo el que lloraba? Se acercó a su mujer y los contempló mientras las lágrimas le empezaban a caer por las mejillas… ¡La vida le había traído hasta un establo donde acaba de sentirse padre de la criatura más bonita que jamás habían contemplado sus ojos! El bebé intentaba agitarse en los brazos de su madre como si quisiera darle alcance… Ya nada importaba. Sus pensamientos se evaporaron al instante. Esa cara angelical le había removido algo tan dentro que no supo cómo, pero en ese momento se comería el mundo entero si hacía falta. Su hijo ya había llegado y eso era lo más grande que sentía en su corazón. Las ganas de luchar por la vida le envolvieron sólo con oír ese llanto. Y sintió que ya nada sería igual.

Fuera seguía nevando. Pronto el eco del llanto atrajo a los lugareños, quienes se acercaban a conocer al pequeño y entre la gente que se había congregado, tres figuras se deslizaron hacia el establo, depositando a los pies del recién nacido, oro, incienso y mirra.

"El establo".
Elaborado para Reto "Especial Cuentos de Navidad" de Territorio de Escritores"


14 comentarios:

  1. Muy bien llevado. Excelente mirada sobre la historia de Navidad.

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    1. Muchas gracias Mirta, me alegra ver que te gustó mi enfoque, saludos!!

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  2. Siempre me sorprende cada vez que alguien se aventura a contar la historia por todos conocida de una manera ingeniosa. Preciosa historia, siempre con fin Feliz, Una nueva vida llega con nosotros, y eso siempre trae felicidad. Muy buen relato, gracias...

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    1. Muchas gracias Carlos, qué bueno que te guste, saludos!!

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  3. Cómo me gusta esto..Cómo estoy disfrutando..!! Bueno no, buenísimo...Quién me hubiera dicho hace tanto, cuando nos topamos por primera vez, enseñándome tú dónde colgar mis premios y quejándote de los tuyos..quién me hubiera dicho que demás de relatarnos la Historia de hombre nos relatarías la historia del Hombre..?? Ahora tú sigues tu camino y yo te sigo leyendo..Gracias, me encanta este, donde nos presentas la humanidad de estos personajes tan conocidos como desconocidos..Besos Sonia, cómo te admiro..

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    1. jajaja... Gracias Alfmega, ahora eres tú mi maestra y ya ves, hasta Territorio de Escritores te he seguido. Gracias a tí por estar siempre, saludos!!

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  4. No sé ni que decir... Esta historia tan antigua, siempre parece nueva, al volverla a contar. Quizá, es la misma "esperanza", que persiste en que no abandonemos nuestra "humanidad"; quizá ese es el significado de la "navidad", la alegría del nacer. Me ha gustado mucho tu enfoque, desde el punto de vista del padre y sus preocupaciones, tan humanas y reales.
    Un placer esta aventura con tus creaciones literarias, Sonia. Esto también lo celebro.
    Que vaya muy bien; saludos!

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    1. Gracias Clarisa por pasarte, un saludo!!

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  5. Una bella historia. Una mirada diferente que se transforma en una dulce narración. Eso es lo bonito de navegar con la soltura que lo haces en el mar de las palabras. El milagro de armar una historia igual pero distinta y llevarnos a volar, a través del tiempo y las creencias a un pequeño establo donde ocurrieron cosas que, reales o no, cambiaron el curso del mundo. Estupendo!!!..

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    1. Gracias Alberto por tu tiempo, valoro mucho tus palabras, un saludo!!

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  6. SusanaLeLo22/12/14

    Ha sido espectacular y el vocabulario exquisito. Felicidades !!!!

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  7. La visión de tu relato, es una aceptación de una forma tierna y humana, no sabía que María era mucho más joven que José, y que él dudaba el hecho de dejarla por estar embarazada... pues quien sabe porqué.... sigo pensando al igual que el relato de tu marido, que habéis convertido este suceso tan conocido e histórico, tan tradicional, desde hace tantos años, en una historia muy cercana y real, desde un punto de vista sensible, sin eliminar su esencia.
    Besos y feliz año nuevo, me ha gustado aunque haya sido poco a poco y con calma, un ratito ;))

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    1. Gracias Gema por tus palabras y tu tiempo, siempre bien acogidos aquí. Saludos!!

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¡MUCHAS GRACIAS!

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