miércoles, 30 de septiembre de 2015

Aniselda

ANISELDAVERSIÓN PARA CONCURSO DE MICROTERROR IV.

Al comienzo de las eras, en los bosques de la Huesera, se cuenta la historia de la joven Aniselda, cuyo futuro se vió truncado en una fatídica noche en la que se rebelaron los habitantes del pueblo contra su Señor, terminando en una sangrienta carnicería donde sólo sobrevivió Aniselda, que quedó atrapada entre los muertos, a la espera de que algún día volviera de su injusta condena, tras negarse a pactar con una fuerza sobrenatural para que su linaje fuera quien guiara el futuro de aquel pueblo…

- ¡No!, ¡no saldrá de mí linaje alguno... jamás encontraría consuelo a lo que me has quitado!... –gritaba.

Y siendo incorrupta, la joven quedó atrapada en la oscuridad…

Desde entonces, corre un viento frío en la Huesera... Se dice que es el corazón helado de Aniselda, que murió velando a sus muertos... Y en las noches de todos los santos, vaga tirando de una larga cadena de la que dicen que cada eslabón pertenece al alma de los que allí se condenaron… y como alma en pena, sale para recorrer los hogares del pueblo en busca de esa grieta del tiempo que haga volver a todos los muertos que en aquella batalla perecieron.

Versión reducida 
para concurso 
de 

NOTA: Si te gustó la versión corta, quizá te animes a leer la extendida... 

ANISELDA: VERSIÓN EXTENDIDA.


Hubo un tiempo en el que la costumbre de contar historias o leyendas alrededor de un único fuego en el hogar, acercaba a padres e hijos en las noches donde el duro invierno apretaba y se cernía contra la carne atravesando hasta los huesos.

Aquella noche, la vieja Marga anunciaba una de sus historias. Tenía fama de asustar a los más jóvenes, ya que solía dar viveza a sus narraciones haciendo voces siniestras como si se apoderaran de aquella voz cansada por los años que ya sumaba. Algunos, la creían solo una pobre loca que había perdido su buen juicio y quizá por eso, sus persistentes historias con vocación apocalíptica siempre medraban en aquellos novatos que le prestaban oídos. 

La lumbre ya crepitaba cuando la vieja Marga al fin, dio comienzo a su historia...

Al comienzo de las eras, en los bosques de la Huesera, donde jóvenes y viejos murieron en la batalla que le da su nombre y donde nadie recuerda la fundación del linaje más antiguo de esta aldea, se cuenta la historia de la joven Aniselda...


La historia cuenta que hubo una gran batalla en la que se rebelaron los habitantes del pueblo contra su Señor y cómo éste los diezmó en una sangrienta carnicería... salvo a la joven Aniselda, cuya madre, viendo el horror que se cernía sobre ellos, ayudó a su hija a escapar a los bosques... y tras una noche angustiosa para la joven, que no conocía más mundo que el hogar donde se había criado, retornó al pueblo y pudo ver con sus propios ojos el resultado de aquella rebelión... pues sobre el suelo calcinado yacían todos los cuerpos inertes de aquellos vecinos con los que había ido creciendo... todos habían perecido.


Y la pobre joven sintió en su pecho un dolor agónico que parecía nacerle en las entrañas del alma y desconsolada buscó entre lágrimas el rostro de su madre. A medida que veía la fiereza de las atrocidades que la lucha había hecho, derramando tanta sangre sobre la tierra, su pena no se contuvo más y una fuerza oscura la animó a abrir su corazón al mundo... sólo para sacar su alma... un alma en pena que ennegrecía el ánimo de quienes la escuchaban... pues no encontraba consuelo a todo lo que el hombre le había arrancado en su corto tiempo...

"A una noche tan sólo -se lamentaba Aniselda- he estado bajo el cobijo de una madre angustiada por mi mañana... a una noche tan sólo apagaban mis quejas sobre la dureza de mis días, los suaves besos que con sus labios me calmaban... a una noche tan sólo soñaba con consumir el mundo en mis ansias de vivirlo y hacerlo como un dulce fruto que con mis manos desnudas lo tomaba y transformaba en un exquisito bálsamo con el que curar las huellas que la vida le dejaba como heridas por los años de su frágil cuerpo que poco a poco se apagaba... tan sólo a una noche, abrazaba los lazos de sangre que me unían al mundo desde que mi alma cobró conciencia de la vida que se le daba... sólo una noche... y mi mundo se ha quebrado para siempre en un llanto que me ahoga y me consume al mismo tiempo... pero ¿cómo pararlo?... ¿cómo arrancar de mí esos momentos que se me ciñen al alma ennegreciéndola tanto que se me pierde a la locura?... ¿cómo sacar de mí todo ese sentimiento maldito?... No hace mucho que mi alma se preguntaba por esos minutos perdidos en el tiempo en los que tomar decisiones se convertía en eternos momentos de incertidumbre... por esos momentos vividos en el tiempo cuya inocencia me hacían soñar... por esas experiencias alegres de la vida que se fundieron en el olvido hasta lo que mi mente logró alcanzar... y ahora ya no queda nada..."

Algo se agitaba entre las sombras que envolvía tanta atrocidad y atraído por el llanto y la pena de la joven Aniselda, se lanzó entre agónicos susurros que se asemejaban a voces lejanas traídas por el viento y así le dijeron... "Aniselda... Aniselda... bajo este manto de carne y huesos que aquí se ha extendido con el baño de tanta sangre comenzará a labrarse la historia... Aniselda... serás la primera de tu estirpe... y tú serás el nuevo comienzo de un linaje que dará sabiduría a este mundo, pues pronto comenzarán nuevos cambios para el hombre... y aunque esta ha sido una batalla perdida, no será el fin." 



La voz desfallecía cuando la joven se aferraba aún a lo que la vida le había arrancado y con la voz quebrada por el dolor y mirando al cielo, gritó con furia desmedida... "¿Quién sois para volcar en mi las esperanzas de este pueblo que ha sido reprimido?... ¿Qué puedo hacer yo si esta rebelión fracasó?... ¿Bajo que manto de Historia cubriré los rostros de las almas sesgadas en esta batalla?... ¡Oh Señor!... ¡el cielo se me abre para brindarme gloria cuando aquí yacen los muertos a quienes les pertenece esa historia!... ¡mi alma se aprieta contra el negro viento que arrastra la condena de todas estas almas hoy perdidas y aun así, no soy capaz de aligerar mi pena por este mundo!... y mientras, me brindáis una gloria mancillada por el derramamiento de la sangre de los míos... ¿Qué gloria puede nacer conmigo cuando mi miedo me llevó a ocultarme en el bosque?... No, no es a mí a quien corresponde iniciar una estirpe... Si mi vida y mi tiempo se funden en una misma cosa, prefiero quedarme condenada eternamente junto a estas almas mutiladas que no pudieron consumir sus vidas porque manos viles y atroces las arrollaron en esta injusta condena... ¿o acaso había gloria en los abusos que nuestro Señor hacía en nombre de la gracia de Dios?... Nuestro vasallaje se ha roto, sí... pero hemos pagado un alto precio por ello"



El susurro cayó largo rato a lo que la niña le decía y conmovido por sus palabras se alzó con más brío para derramar sus pensamientos sobre el mundo... "¡Ingrata!... ¿acaso crees que sabes lo que yo he perdido?... esas almas estarán perdidas en el olvido tan eternamente que vagarán buscando un hueco de mis entrañas para volver a colarse de nuevo en la fragilidad de la vida... y mi experiencia me dice que muy pocas alzarán su vuelo para redimirse... las que no lo consigan sólo buscarán la venganza sobre las demás almas con vida... ¿por qué crees que sobreviste tu niña?... ¡tu honesta virtud hará crecer en los corazones de los hombres el germen de tiempos mejores!... Estos cuerpos inertes que hoy perecieron bajo el yugo de hombres desalmados encontraron el camino que sus actos les condenaron... y aunque aquí perecieron hombre, mujeres y niños, de ellos ha de nacer el germen de un nuevo futuro en el que tu linaje los conduzca con sabiduría..."

Y la joven, se negó a abrazar el futuro que la aguardaba y así gritó: ¡No!, ¡no saldrá de mí linaje alguno... jamás encontraría consuelo a lo que me has quitado!... ¡devuélveme lo que te llevaste!... si esas vidas te importan... retórnalas y que sea la vejez quien se las lleve, no la sangre bajo el frío acero de la espada que inclemente sesgó sus vidas y sus almas en estos frágiles cuerpos que se extienden hoy aquí, en esta tierra que durante largos años fue el hogar que amábamos... "


Finalmente, la joven cayó en silencio sobre la tierra mancillada de sangre y tras un breve momento, al fin dijo... "¿En qué mundo quieres que sobreviva? ¿en aquél en el que perdemos a los que amamos y conservamos sólo lo que nos dejaron?... no...no puedo hacerlo... Jamás pedí sobrevivir largo tiempo... tan sólo conservarlo y vivirlo junto a quienes me han ido acompañando en mi camino... hoy me arrebataste el único lazo que me ataba a este mundo y con ello, me lo quitaste todo... sólo veo locura... ahora sólo deseo quedarme rezagada entre los recuerdos de todos los que aquí murieron, porque el día en que regresen, yo estaré aquí esperando, para recordarles este tiempo que han vivido... "


Aniselda buscó la voz agónica que escuchaba y descubrió un despliegue de sombras negras que pronto se cerniría sobre ella. Inmovilizada, poco a poco fue consumida entre aquella negrura mientras sus ojos iban oscureciéndose hasta que un fino hilo helado se le escapó de los labios desapareciendo al fin entre tinieblas.


Y desde entonces, en la Huesera por esas mismas fechas, corre un viento frío que hiela hasta el alma... Se dice que es el corazón helado de aquella niña que murió velando a sus muertos... Y hay quien cuenta que en la víspera de la noche de todos los santos, Aniselda vaga por la Huesera tirando de una larga cadena de la que dicen que cada eslabón pertenece al alma de los que allí se condenaron y que como alma en pena sale para recorrer los hogares del pueblo en busca de esa grieta del tiempo que haga volver a todos los muertos que en aquella batalla perecieron.




FIN

jueves, 3 de septiembre de 2015

Playas valencianas


















¿Qué puede ser ese impulso atroz que empuja al hombre a tomar decisiones que conllevan el riesgo de su propia vida?... ¿el hambre?... ¿la guerra?... ¿un futuro?... Y frente a esa búsqueda por superar esas miserias humanas, el mundo juega en una tabla de ajedrez donde las fronteras las pone el hombre... 

En mi mente crece una idea: no hay mayor barrera que el ser humano para sí mismo y para cuanto le rodea...

Y peor es cuando "algunos" se apropian de esas miserias para mantener un falso equilibrio internacional, un falso reparto del mundo del que se han adueñado como herederos de la vida, asignándose el valor que le han robado a otros que cargaron a fuerza de sudor y sangre sin compensación alguna, en este mundo que lleva un velo puesto por costumbre y tradición en este mal llamado Nuevo Orden Mundial.

No puede firmarse acuerdo alguno, ni políticas de migajas de pan para salir del paso mientras no se le enseñe al hombre a vivir la vida y a respetar la de los demás; a no quitarle al prójimo las riquezas que la tierra le ha dado para llevárselas a otros sitios que generen más rentabilidad; a que toda mano es dueña de sí misma y ninguna ha de blandir látigo alguno para dominar a las demás; a que las ideologías son ideas construidas a base de pensar y razonar buscando soluciones a planteamientos que nos hagan crecer y no que nos hagan limitarnos; a que la vida, es simplemente un derecho que nos llega tan brevemente a todos, que no hay que menospreciar... 

El límite no está por encima de los demás. El límite es uno mismo, con su mano por delante y la otra tapándose sólo el culo.

Y reconozco que culpa de ello la tenemos todos.

Hoy, no veo igual estas playas cuando pueden ser las tumbas de tantas almas!!

Ayer miércoles,
quedaron varados en las playas turcas
los sueños de al menos cinco niños
empujados a la búsqueda
del mal llamado sueño europeo.

¡MUCHAS GRACIAS!

¡MUCHAS GRACIAS!
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