Yo nací sin bandera en un lugar en el que me atribuyeron unos derechos humanos que no entendía a esa edad… después me dijeron que era madrileña y española y adquirí por ello más derechos. A los pocos años, oí hablar de que pertenecía a la OTAN y también a la UE… así sin más… sin saber que eso pudiera darme más derechos… pero con todos esos derechos, también se obtenían deberes y responsabilidad.
Sin embargo, también adquirí con los años valores. Esos también me los inculcaron… me enseñaron a ayudar, a querer, a respetar, a tolerar, a agradecer, a ser responsable, a ser honesta, a ser solidaria, a empatizar con los demás, a no mentir,… y tantos otros que me hicieron crecer como alma cándida e inocente, que viendo ahora las noticias, me pregunto en qué momento los valores humanos dejaron de ser la piedra angular del sistema educativo para ser usurpado por ideales políticos egoístas hasta elevarse a la crueldad y la violencia que utilizan la inocencia y sencillez de los más pequeños como escudo en una guerra que divide y rompe a una sociedad.
Yo crecí creyendo que los buenos ejemplos, permiten una convivencia pacífica y llevadera entre las personas y lo creí porque después de algunos años, el trabajo de mi padre y después el de marido, me han llevado a vivir por tierras españolas, a salir de la comunidad que me vio nacer, a apreciar la gracia andaluza, a hablar idiomas como el catalán o a reírme de los dejes manchegos… y todo eso, me ha permitido crecer, jamás lo sentí como una limitación.
Aprendí que España es una gran familia y como en muchas, siempre hay alguien que no ve las cosas como tú las piensas o las sientes, pero siempre tuve en cuenta, que eso no cambia la sangre ni el color en la piel, ni se le mutila un brazo o una pierna… se convive porque todos somos familia, porque en el fondo quieres que se te entienda… Y en esta gran familia que por tradición y costumbre llamamos España, no mutilaría esa voz que sale diferente, porque formas parte del conjunto desde el minuto cero en el que naces.
Y yo por ti correría el riesgo de que me convenzas, de que tu sangre no es la mía, de que tu humanidad no es la mía, de que tu carne y tus huesos no son los míos, pero asume tú el mismo riesgo. No me impongas, demuéstrame que me equivoco, pero no me golpees en el intento, porque yo soy pacífica. No me mutiles, porque España es de todos y la sangre que derrames también es la tuya.
Insisto. Tu provocación no me engaña. Sé que es tu grito de que nos necesitas, de que quieres que te vean, que te escuchen porque en el fondo eres humano, de carne y hueso. Y esa es la única frontera que en esencia tiene el mundo.
#noalarupturasocial #noalaviolencia #españaesdetodos #catalunyaesdetodos
Letras muy sentidas, sentimientos nacidos desde lo hondo. Así se sienten.
ResponderEliminarUn abrazo